CURSO PARA PLANTELES DOCENTES

El  "Curso estudiantes trans y género no conforme en aula", impartido por "Educación para un Chile Inclusivo" Organismo Técnico de Capacitación, tiene como propósito formar profesionales que desempeñan funciones en Establecimientos Educacionales o que trabajen con infancias para desarrollar competencias teórico-prácticas que les permita realizar una interrelación y atención adecuada, pertinente a niñas, niños y adolescentes LGBTIQA+ tanto el ámbito de educación pública como privada, basados en una perspectiva de género y  de derechos humanos.

La realidad social está en constante cambio, las nuevas generaciones se han liberado de las imposiciones culturales y sociales propias del país, en donde predomina la hegemonía del cuerpo perfecto, el patriarcado, el binarismo y el género en toda amplitud del concepto. La liberación de “poder ser quien se quiera”; es una idea que predomina hoy en día, la libertad de expresión, de ser, querer y verse como elles mismes, es algo que conlleva una gran responsabilidad para los adultos, quienes deben abrir sus mentes al cambio por un futuro mejor para todes las niñas, niños y adolescentes del país.

En este sentido se visualiza a las personas trans solo como adultos pero el proceso no comienza necesariamente en la adultes sino que en su infancia y desde inicios tempranos pueden comprender su identidad y expresión de género pero son cuestionados bajo la lógica del binarismo, reconociendo a las personas en dos categorías “hombres y mujeres”, las cuales se fundamentan básicamente en su genitalidad, esto para las infancias provoca ansiedad a muy corta edad ya que no cuentan con las herramientas necesarias para poder verbalizar quienes son frente a sus padres, familias, establecimientos educacionales y sociedad en general, el miedo los paraliza y segrega privándolos de sus derechos fundamentales teniendo en cuenta que el Comité sobre Derechos del Niño ha señalado que “todos los adolescentes tienen derecho a la libertad de expresión y a que se respete su integridad física y psicológica, su identidad de género y su autonomía emergente” bajo la legislación chilena se debe tener en cuenta que “las consideraciones relacionadas con el derecho a la identidad de género también son aplicables a los niños y niñas que deseen presentar solicitudes para que se reconozca en los documentos y los registros su identidad de género auto-percibida”

Los establecimientos educacionales tienen una gran labor de entregar a las niñeces, las herramientas para desenvolverse, en todo su ciclo vital entendiendo que  “La variabilidad en la expresión de género y el género no conforme en la niñez se puede manifestar desde temprana edad a través del deseo de pertenecer al otro sexo o manifestando un desagrado por sus características corporales, así como también en la elección de ropa, juguetes y actividades que socialmente se atribuyen a un sexo distinto al que se le fue asignado al nacer”, la diferenciación de los juegos en base a nuestra corporalidad a limitado por años a niñas y niños a crecer en igualdad, ahora si lo visualizamos desde las infancias de la diversidad, esto es aún más complejo.

Las niñeces en nuestro país pasan la mayor parte de su tiempo en los establecimientos educacionales, muchos de ellos no poseen las herramientas para poder expresar lo que sienten, el miedo, el rechazo y la falta de conocimiento de los adultos a su alrededor generan ansiedad, aislamiento y conductas de riesgo, esto asociado a los niveles de violencia que deben vivenciar a diario. Al respecto se han hecho muchos estudios a nivel internacional y la evidencia ha demostrado que una “alta proporción de estudiantes son violentados en sus escuelas producto de su orientación y expresión de género, siendo en sus escuelas el contexto en donde ocurre a mayor escala”. Además, debido a lo complejo que es realizar un estudio con niñes y adolescentes la UNICEF realizo un estudio a grandes rasgos donde indica que en Chile “al menos el 33% de los estudiantes ha declarado haber hecho comentarios negativos respecto a la orientación sexual, y que los estudiantes LGBT son los más discriminados en el entorno escolar”

La convivencia escolar debe ser una prioridad para crear un ambiente seguro para todes sin distinción y es obvio que “los profesores son la clave para el cambio. Si se puede sensibilizar a nuestros profesores sobre los efectos perjudiciales de los comportamientos de intimidación, las futuras generaciones de niños y padres será a su vez sensibilizada. El niño de hoy es el padre de mañana y con la adecuada formación todos podremos conseguir una sociedad en la que el acoso escolar pase a ser una excepción”. Formar a los futuros padres disminuirá la brecha de problemas asociados a la salud mental de las personas por ende en este proceso para que sea adecuado y perdure debe integrarse a la familia como un ente significativo más allá de la sociabilidad sino de las relaciones y los cambios progresivos que conlleva el apoyo a les niñez, Moore (1996) propone “tres tareas necesarias para la vinculación: primero construir credibilidad, establecer relación con las personas y la familia, e informar a la familia acerca del proceso. Hablar de la familia conlleva a la diferenciación de un sinfín de características las cuales deben identificarse y resolverse en base al tipo y el contexto de cada una de ellas. En el trabajo familiar “siempre es más fácil y común ver problemas, dificultades, faltas. Por el contrario, aquí se trata de ver lo que está bien en las personas, qué es lo que funciona, que recursos están ya disponibles, de manera de destacarlo y promover su uso”, alentar a las familias a empoderarlas y a sentir orgullo de sí mismas. Comprendiendo que todos los procesos deben incluir a la familia ya que “el trabajo con la familia es fundamental el análisis de las fortalezas y debilidades del funcionamiento familiar son útiles para saber acompañarlas”, aprovechar las fortalezas de las familias y trabajar en las debilidades permitirá no solo mejorar el proceso de acompañamiento sino además fomentar la cohesión familiar y su dinámica interna y externa considerando además que “las familias juegan un papel en la salud psicológica y el bienestar de la infancia y juventud” y la comprensión de las vivencias de sus hijes”

Las situaciones antes descritas deben ser trabajadas desde la prevención; entendiendo que “La prevención supone un proceso de cambios graduales, donde se promueven transformaciones sociales que han de ser percibidas como atractivas y justas, otorgándoles un valor intrínseco positivo. En el caso de la transfobia, los cambios dirigidos a la aceptación han de ser entendidos socialmente como positivos para la mayoría y suponen una alternativa a la situación actual”;